lunes, 29 de agosto de 2022

Presentación del número 12 de Peña Labra

 

 

Cuando presentamos el número último de PEÑA LABRA, que apareció con retraso, habíamos prometido ponernos al día con este correspondiente al verano y hemos conseguido cumplir nuestra promesa. Verdaderamente que, en una publicación como la nuestra, no es lo más importante lo de la exactitud en su periodicidad; se trata de poesía y a la poesía, como a la música y a las demás artes, les va mejor una cierta bohemia, un cierto trasnochar. Para quienes las horas de pan llevar nos impone una rutina de días fijos, iguales los unos a los otros, nos viene bien, de vez en cuando, este aire fresco de lo impreciso que se cuela en nuestra vida por el costado de lo poético. Pero nos debemos a un público que nos está esperando, a un público a quien queremos no defraudar en ningún aspecto, ni aún en éste de la puntualidad de nuestra aparición. Y ya tenemos en la calle el número 12 de PEÑA LABRA. Son tres años de preocupaciones, pero también de hermosas satisfacciones. Cada vez es más frecuente la llegada a esta casa que alberga la revista, de noticias alentadoras para la labor de la Institución Cultural de Cantabria en este campo de lo poético. Las universidades americanas nos han acogido hasta con asombro y de allí han llegado recientemente expresiones muy halagüeñas, que nos animan a continuar en la empresa que la Institución se ha propuesto.

 

En nuestro propósito inmediatos está el número de otoño, en el que destacarán las páginas que dedicaremos al poeta montañés Jesús Cancio; para el invierno daremos un número monográfico sobre la revista leonesa Espadaña con el que continuaremos la revisión iniciada de las revistas poéticas de la posguerra; tenemos para futuras entregas importantes inéditos de poetas mayores, como Juan Ramón Jiménez y otros. En el verano próximo ofreceremos el necesario recuerdo a Antonio Machado, en el centenario de su muerte. Y entre todo este material, irán oportunamente nuestros poetas montañeses de ayer, de hoy y de mañana.

 

Cómo ya es costumbre, PEÑA LABRA sale al público por la puerta de su “Aula Poética”. Hoy lo hace acompañada por uno de sus poetas más queridos y admirados. José Hierro ha tenido la amabilidad de aceptar nuestra invitación, robando tiempo a su necesario descanso veraniego para estar con nosotros. No preciso decir nada de él; todos le conocéis y, además, lo que yo os dijera llevaría necesariamente un acento tan apasionado que lo haría inapropiado para un acto público. Sus libros son suficiente tarjeta de presentación. Precisamente acaba de aparecer en estos días en las librerías el último de ellos, en el que se recoge toda su obra completa. Crítico de arte justo y agudo, conferenciante de gran talla, nos va a ofrecer hoy una de sus brillantes lecciones.

 

 

Salón del Museo de Prehistoria de Santander, 29 de agosto de 1974



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