domingo, 12 de marzo de 2023

Los primeros cursos de verano en Santander

 

Los primeros cursos de verano en Santander

Apuntes históricos de la Universidad Internacional,

ante los rumores de su traslado a Jerez de la Frontera

 


            En una noticia publicada hace pocos días por EL DIARIO MONTAÑÉS se recogía el rumor de que era posible que nuestra Universidad Internacional fuese trasladada a Jerez de la Frontera, o por lo menos, una parte de ella. Coincidió que por aquellos mismos días recibimos una carta de un profesor muy vinculado a los cursos de verano de Jaca, en la que nos hablaba de que estos cursos y los de Santander eran los más antiguos de España y decía que estaban preparando la celebración, el próximo julio, del 50 aniversario. En la contestación comenté que los de Santander podían presumir de mayor antigüedad, pues su principio se remonta al año 1900.

 

            Quizá resulte oportuno, a la vista de la noticia que ofrece el periódico, hacer un poco de memoria de cómo comenzaron estos cursos; para que, si se rompe el hilo de ellos, tengamos conciencia de lo que queda atrás.

 

            Con distintas características, pero siempre dentro de un gran entusiasmo, lo cursos de verano de Santander han pasado por cuatro épocas. La primera, desde 1900 hasta 1925, con un paréntesis impuesto por la guerra mundial; después, de 1925 a 1932, la segunda época, con los cursos organizados por l Sociedad Menéndez  Pelayo; les siguieron de 1933 hasta 1936, los años de la Universidad Internacional de Verano y, por último, desde 1947 hasta hoy los de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Si las dos últimas etapas citadas son suficientemente conocidas, no así las dos anteriores, que fueron el fundamento de estas actividades estudiantiles veraniegas.

 

1900: UNIVERSIDAD DE LIVERPOOL

 

            Desde 1900 venían acudiendo a Santander un grupo de alumnos de la Universidad de Liverpool, acompañados del profesor Mr. E. Allison Peers, que se dedicaban aquí en la época estival, a mejorar sus conocimientos de nuestro idioma. “The Teader´s Guilds”, de Inglaterra, organizaba ya desde el siglo pasado, cursos de perfeccionamiento del idioma en Francia y Alemania y a partir de 1900 incluyó España en su programa, residenciándolos en Santander por feliz gestión de don Julián Fresnedo de la Calzada.

 

            La guerra de 1914 obligó a un forzado paréntesis, reanudándose nada más terminar la conflagración. Los cursos, que normalmente tenían una duración de seis semanas se desarrollaron desde el primer momento bajo la dirección del licenciado Ramón del Noval, habilitándose para ello las del Instituto Carbajal, en el que se alternaban con unas

“lecciones” de extensión universitaria y más tarde pasaron al Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara. Del entusiasmo con que Mr. Peers traía a sus alumnos a nuestra tierra, nos ha dejado muestra el libro titulado “Santander” que publicó en Londres en 1927, en el que recogía las impresiones de estancia en la capital de la provincia y de sus excursiones por las rutas de Cantabria.

 

            Estos cursos promocionados por la Universidad de Liverpool, fueron la base de los cursos de verano para extranjeros organizados por la Sociedad Menéndez Pelayo, de los que fue creador y principal animador don Miguel Artigas, director de la Biblioteca. Ya en 1924 se impartieron algunas lecciones, pero la implantación formal tuvo lugar al año siguiente, 1925. Artigas recorrió personalmente varios centros universitarios de Francia y Alemania, en labor de propaganda y editaron un cartel que fue enviado a las universidades más importantes. El curso había sido proyectado para el mes de agosto, pero la insistencia de un grupo de profesores y de alumnos extranjeros, que no podían permanecer en Santander ese mes, decidió a Artigas a dividirlo en dos, uno en julio y otro en agosto. En el de julio intervinieron Artigas, el Dr. Werner Mulertt, de la universidad de Halle; Elías Ortiz de la Torre, Fernando Barreda, Gerardo Diego y Carmen de la Vega, que trataron temas relacionados con la literatura, la enseñanza y el trabajo intelectual, el feminismo, economía política, arte … enfocado hacia su desarrollo en España. La matricula fue de unos setenta alumnos, entre los que se encontraban los aportados por Mr. Peers.

 

ELOGIOS EN EUROPA

 

            En el mes de agosto fueron profesores, además de los que dictaron el de julio, el Dr. Grossmann, de Hamburgo, P. Zacarías G. Villada, Joaquín López Barreda, Ciriaco Pérez Bustamante, José Ramón Lomba y Charles Aubrun, que hablaron de la cultura oriental en España antes de la invasión árabe, relaciones entre la literatura española y la francesa, historia de la colonización española en América, literatura hispano-americana, historia de la lengua castellana, arte español, literatura contemporánea, etc.

 

            Al regreso a sus países de origen, los estudiantes y profesores que tomaron parte en estos, se dedicaron a hacer alabanzas publicas de ellos, principalmente en Alemania, donde la revista "Iberia", editada por "Ibero-mericanishes Institut", de Hamburgo, tomó a su cargo la propaganda por Europa Central.

 

            Cuando acudimos a las colecciones de periódicos para ampliar la información sobre la iniciación de los cursos de verano, nos encontramos con una total ausencia de noticias. Sólo en 1927 y en unas breves líneas, se habla de la inauguración del tercero, y de las amplias referencias sobre las jornadas regias, que se ofrecían diariamente en la prensa local, se deduce que las altas personalidades que se acogían a nuestro veraneo, tampoco les prestaban atención alguna.

 

            A pesar de la indiferencia local, continuaron en los años siguientes, alcanzando cada vez mayor prestigio. En 1928 la Universidad de Valladolid, muy vinculada a estos estudios, decidió la creación de  un Colegio Mayor destinado a que en él convivieran los alumnos extranjeros con los españoles y con este fin se habilitó una residencia en el Colegio Cántabro. Los laboratorios de la estación Biológica Marítima fuero puestos a la disposición de los alumnos de Ciencias y en 1930 se incorporó a este tipo de enseñanzas la Casa de Salud Valdecilla, con sus clínicas y laboratorios.

 

            Las clases prácticas, conferencias y cursos especiales tenían lugar en el Colegio Cántabro, De estos cursos especiales es preciso destacar los que ofrecieron en 1930 Miguel Artigas, sobre literatura española desde los orígenes hasta el siglo XIX; Pedro Salinas, que habló de la literatura española contemporánea y Tomás Navarro Tomás, sobre "rasgos esenciales de la fonética española", En las conferencias del curso de 1930 tomaron parte, entre otros, Amando Melón y Julián Rubio, de la Universidad de Valladolid y José Ramón Lomba y Emilio Alarcos, de la de Oviedo, así como José María de Cossío y el profesor alemán A. Schneider.

 

            En 1931 se centraron los temas en torno a tres cursillos: uno de fonética española, explicado por Navarro Tomás; Jorge Guillén habló sobre la poesía clásica de nuestro país y Artigas sobre "la novela española hasta el Renacimiento". El final de la segunda etapa de los cursos de verano santanderinos, tuvo lugar al año siguiente, 1932, en el que intervinieron Artigas, Navarro Tomás, Gerardo Diego, Ignacio Aguilera y Maza Solano y los profesores extranjeros Dr. Grossmann, Dr. Ruszczyuski, la Señorita Simane Bonnaire y el profesor A. Ashwortll.

 

            En 1933 se inició la labor de la Universidad Internacional de Verano, que absorbió los cursos de la Sociedad Menéndez Pelayo. Pero esto es ya historia reciente más conocida y se sale de los propósitos de este comentario.

 

Aurelio G. Cantalapiedra

 

Publicado en:

El Diario Montañés, el 11 de marzo de 1980


 

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