domingo, 26 de noviembre de 2023

Dos cartas de Rafael Alberti

 

 

Dos cartas de Rafael Alberti

 


         Cualquier tipo de documento, carta, poema o variantes de poemas, por mínimas que éstas sean, que procedan de Rafael Alberti, tienen un interés indudable, ya que nos permiten dar un paso más en el conocimiento de su vida y en el de su obra. La amabilidad de don Pedro Lorenzo Molleda, destinatario de estas dos cartas que publicamos, ha hecho que podamos disponer de ellas para ofrecerlas a los lectores de PEÑA LABRA.

 

         Las dos fueron escritas en 1928, desde la Casona de Tudanca, de la que sigue siendo magnífico señor don José María Cossío, y van refrendadas con la firma de éste. Alberti había llegado allí por segunda vez (la primera fue en 1924) y allí escribió en esta ocasión, casi en su totalidad, su bello libro Sobre los ángeles (1), del que ya había adelantado algunos poemas en el nº 3-4 de Carmen, la revista de Gerardo Diego y en la que todavía habrían de aparecer otros de este mismo libro, en el nº 6-7, antes de que en 1929 le diera a la imprenta.

 

         El Sr. Lorenzo Molleda residía entonces en Torrelavega y Alberti había sido su huésped, con Cossío. En la primera de las dos cartas queda constancia del afecto que el Sr. Lorenzo y su señora habían puesto en las atenciones tenidas con los dos amigos. En esta carta alude Alberti a su estancia en Torrelavega y a un recital que dio de sus poemas: «Me acuerdo de esas muchachas, tan preciosísimas, que sentadas ante mí, escuchaban mis canciones de mar y tierra.» Este recital había sido organizado por la Biblioteca Popular de aquella localidad, de la que era directivo don Pedro Lorenzo y tuvo lugar el 30 de abril, en el local de un cine. Alberti leyó poemas de Marinero en tierra y de La Amante; José María Cossío le precedió en el uso de la palabra, explicando al público su concepto de la nueva poesía, a la que calificó de ultraísta, confirmando el hecho de la existencia de un arte nuevo y puro, representado por el recitador y sus compañeros de generación. Con este motivo, Alberti y Cossío almorzaron en el caserío que el doctor don Bernardo Velarde poseía en Tanos, pueblecito próximo a Torrelavega, del que también fue huésped, en dos ocasiones, don Miguel de Unamuno.

 

         Al día siguiente del recital en Torrelavega, dio otro en el Ateneo de Santander, en el que Cossío tuvo ocasión de volver a hacer el panegírico de la poesía ultraísta. Una amplia reseña publicada el 2 de mayo en el diario La Voz de Cantabria, de Santander, nos permite conocer la importancia que Cossío concedió a la nueva poesía y el programa que Alberti ofreció al auditorio, que comprendió desde los poemas del mar y del amor, hasta los de toros y los de tipo burlesco: Sonetos del mar, Marinero en tierra, Las tres sirenas, La Amante, Las maldiciones, Seguidillas extranjeras, Joselito en su gloria, Rosa de Alberti, Araceli, Amaranta, Rosa de mar y cielo...

 

         En cambio, no sabemos a qué piezas de teatro se refiere Alberti en esta carta, ya que no llegaron a publicarse en esa colección a que alude, que pretendía llevar a cabo la Biblioteca Popular y que no llegó a realizarse.

 

* * *

         En la segunda carta, después de despacharse en forma festiva contra el clima tudanco, hay una alusión que merece un comentario. Nos referimos a la frase «¿Leíste lo de Platko?». Alberti le llama la atención al Sr. Lorenzo sobre el poema que había escrito y que acababa de aparecer en La Voz de Cantabria, dedicado al portero húngaro del club de fútbol Barcelona. Ya es del conocimiento público el motivo de este poema, pero no lo es tanto la forma en que se originó. Aquel año se jugó en Santander la final del campeonato de España, entre el Barcelona y la Real Sociedad, de San Sebastián, final memorable porque requirió tres partidos para solventarse. En el primero de ellos, celebrado el 20 de mayo, resultaron heridos, en forma espectacular, algunos de los contendientes, y entre ellos Platko y Samitier. El público en el campo y agolpado a las puertas del hotel, hizo de ellos auténticos héroes, a lo que colaboró la prensa local con sus informaciones, redondeadas con la llegada de personajes populares, como Carlos Gardel y Paulino Uzcudun, venidos expresamente a Santander con ocasión del partido.

 

         Alberti, con Cossío y otros amigos, presenciaron el encuentro. Entre los acompañantes se encontraba Jesús Bilbao, hombre muy famoso por su ingenio, inevitable en todas las reuniones en las que figurasen personas de algún renombre. José del Río Sainz, el cronista admirable de aquéllos años, director de La Voz de Cantabria, que también estaba en el grupo, cuenta así el origen del poema a Platko (2): «No fui yo sólo quien sufrió su influencia [se refiere a la de Jesús Bilbao], pues a ella se debe una pieza, hoy de antología, que cuando se publicó removió la tranquila vida provinciana, con ditirambos y protestas (más de éstas que de aquéllos). Me refiero a la Oda a Platko, de Rafael Alberti.» En el momento en que «el portero húngaro del Barcelona [seguimos copiando a Río], se erguía en su marco, envuelta la cabeza en vendajes sanguinolentos, para evitar, como evitó, la derrota de su equipo», Jesús Bilbao le gritó a Alberti, en un gesto muy característico de este personaje celtibérico, «- ¡Eso sólo lo podéis cantar Homero y tú!». El poeta, a su regreso a Tudanca, escribió el poema de todos conocido, que fue publicado por primera vez, el 28 de mayo en el diario de José del Río. La poesía levantó oleadas de comentarios adversos entre el público, más acostumbrado a los versos sin complicaciones de Gabriel y Galán. El director del periódico se vio obligado a salir en defensa del poeta. La habilísima pluma del periodista hizo verdaderos equilibrios en la cuerda del poema ultraísta, para tratar de convencer y de explicar a sus lectores, que se trataba de una poesía seria y digna del gran poeta que la había escrito.

 

         En el diario ABC de hace unos años (no tenemos a mano la fecha), Antonio Gallego Morell recordó esta efemérides y desmenuzó verso a verso el poema, apoyándole en las crónicas deportivas que se escribieron con motivo del partido. Todas las metáforas que empleó en esta ocasión el poeta, tienen una apoyatura muy real en las circunstancias que concurrieron en el encuentro.

 

         Como podrá observar el lector que quiera molestarse en comparar la versión inicial del poema con la definitiva (que pasó al libro Cal y Canto), apenas si sufrió variación (3). En el quinto verso, que en la reproducción que ofrecemos tomada de La Voz de Cantabria, dice que frente a ti salta sin poder defenderte, en el libro se lee que frente a ti saltaba sin poder defenderte. Más adelante (verso 44), la primera versión fue combatidas, sin plumas, encalaron la yerba; en el texto del libro que tenemos a la vista combatidas, sin plumas, escalaron la yerba. No hacemos referencia a la errata que se observa en el texto de La Voz de Cantabria, donde se lee «rubio Platko de Hungaria».

 

NOTAS:

(1) José M.a Cossío, Rutas literarias de la Montaña, Santander, 1960, pág. 68.

(2) José del Río Sainz, Revista Dobra, Torrelavega, nº 12, mayo 1954.

(3) R. Alberti, Cal y Canto. Sobre los ángeles. Sermones y moradas, Editorial Losada, Buenos Aires, 1952.

 

 

Publicado en:

El nº 5 de la revista Peña Labra. Otoño 1972


 

 

domingo, 19 de noviembre de 2023

Fundación Santillana

 

Informe sobre la Fundación Santillana

 


            La Fundación Santillana fue creada en el año1980, por iniciativa de don Jesús de Polanco, quien ocupa el cargo de Presidente de la misma desde entonces.

 

            La vinculación del Sr. Polanco con Cantabria se centra, principalmente, en que de nuestra Comunidad procedían sus antepasados. Vinculación que se ha puesto de manifiesto a lo largo de sus actividades, orientadas de manera fundamental a la labor editorial. En este sentido, y antes de que la Fundación se asentara en esta villa, ya había mostrado su particular inclinación hacia Cantabria, al designar con el nombre de Santillana una de sus empresas editoriales emblemáticas.

 

            Fundación Santillana, integrada en el grupo editorial como un importante complemento en su vertiente cultural y educativa, ha permitido a don Jesús de Polanco, con el apoyo de sus colaboradores, crear un foco de irradiación espiritual de singular trascendencia, nacido con un espíritu abierto a lo que se entiende debe ser la actividad y la acción de la iniciativa privada al servicio de la cultura y, por consiguiente, al servicio del progreso social del país. La villa de Santillana del Mar y Cantabria en su conjunto, han sido las beneficiadas, de manera preferente, de estos propósitos y de las realidades en que han fraguado.

 

            La restauración de uno de los más apreciados conjuntos arquitectónicos de esta villa, la llamada Torre de Don Borja y sus anexos, elegido como sede oficial para la Fundación, ha permitido que se hayan podido hacer realidad con la dignidad debida, los propósitos que guiaron al Presidente a la hora de su creación.

 

            A partir del verano de 1981, fecha en que inició sus actividades la Fundación el programa desarrollado en esta sede ha cubierto satisfactoriamente el objetivo social que guió a su creador: exposiciones, conferencias, reuniones científicas y de intercambio cultural, en las que han intervenido algunas de las más destacadas personalidades de la vida intelectual contemporánea y con ellos figuras preeminentes de diversos países, entre las que es preciso mencionar la presencia SS.MM. los Reyes de España, que nos hicieron el honor de visitar esta casa con ocasión de la exposición que can el título de "Imagen de México", se presentó en el verano de 1984.

 

            A esta exposición siguieron otras en las que, sin entrar prolijamente en ellas, podemos citar las que tuvieron lugar referidas a Colombia, en 1985, Guatemala, en 1986; las culturas del Amazonas, en 1987; Chile, en 1991 En estas que citamos, y en otras con motivos específicos de diversos países de la América Hispana, se ha insistido en la vinculación de España, y de Cantabria en particular, con dichos países, en los que el recuerdo de descendientes de nuestros indianos, que nos fue llegando con tales motivos, nos dejaron satisfechos y seguros de que estábamos en el camino correcto que nos habíamos propuesto.

 

            Por otra parte, esta vinculación Hispanoamericana se ha consolidado con la creación en Bogotá de una institución con el nombre de "Fundación Santillana para Iberoamérica", que constituye un foco de irradiación hacia el resto de los países, en los que se cuenta, además, en algunos de ellos, con delegaciones en las que el nombre de Santillana las encabeza en su designación.

 

            La atención a la América española, no ha representado un abandono de lo que podría señalarse como nuestra obligación hacia el resto de España, que ha sido debidamente atendida con exposiciones de diversa orientación, y con la realización, en nuestra Torre de Don Borja, de reuniones referidas a temas culturales y educativos muy diversos, algunas también de carácter internacional, con destacados interlocutores del mundo europeo.

 

            El tema de Cantabria desde su diversidad, tanto histórica, como cultural, artística, turística, etnográfica, así como el estudio de personalidades destacadas de nuestra región, ha sido tratado con principal atención en nuestras exposiciones y actos específicos, a lo que se han unido cuidadas publicaciones entre las que destacaremos los seis volúmenes con el título general de "Fuentes Documentales para la Historia de Santillana".

 

            El nombre de Santillana, y el de Cantabria, se han puesto así mismo de manifiesto en las actividades que se han desarrollado en nuestra casa de Madrid, entre las que se puede señalar, por su significación, las que con el nombre de "Semana Monográfica", se presentan todos los años orientadas hacia los más avanzados proyectos de la educación y formación escolar.

 

            En todos y cada uno de estos actos, que tanta repercusión han tenido en los medios de comunicación, han destacado de forma brillante, los nombres de Santillana del Mar y Cantabria.

 

            En todo lo que queda reseñado, que resume las actividades realizadas en quince anos por esta Fundación, la figura promotora ha sido nuestro Presidente, don Jesús de Polanco.

 

            Nos permitimos enviar con este informe algunas de las publicaciones que Fundación Santillana ha dedicado a estas actividades.

Inédito


 

 

 

 

 

domingo, 12 de noviembre de 2023

Eduardo Pisano

 

 


         Eduardo Pisano lleva ya treinta años largos viviendo en París, lo que quiere decir que lleva treinta años pintando en París, porque para Pisano vivir es pintar. Desde aquellos tiempos mozos en que alternaba el bello oficio de floricultor con la pintura hasta hoy. Pisano no ha hecho más que pintar. Es un artista con una vocación absoluta, al que es imposible concebirle separado de sus pinceles.

 

         Después de estos años, en los que han pasado por su delicada retina todos los ismos y todas las formas de las artes plásticas, en ese París por el que todo pasa, Pisano ha vuelto a su tierra natal con una temática fundamentalmente española; profundamente arraigada en lo español, pero tratada con la habilidad del maestro que, sabiendo que bordea lo folklórico, no sólo no lo elude, sino que lo busca y se regodea en la suerte de envolverlo en su capa para salir airoso del lance, dejando fuera la españolada y quedándose enredado entre los cuernos de los valores auténticos de este variopinto pueblo español. Esta es la difícil pintura de Pisano; el alejamiento le ha permitido entornar los ojos y ver este mundo barroco que constituye España sin la ganga de lo superficial.

 

         Pero hay otro aspecto en Pisano que queremos destacar: nos referimos a su entroncamiento con la pintura montañesa de todos los tiempos. El profesor Lafuente Ferrari, al referirse a nuestra pintura, dijo que tanto Salces como Riancho, Iturrino, Solana, María Blanchard, Pancho Cossío o Antonio Quirós «tienen entre sí rasgos comunes que permiten su agrupación y dan valor a la consideración del conjunto», y al definir estos rasgos alude a las notas de fantasía y auténtica originalidad, y concluye: «Lo que me parece que puede ligar a estos hombres es, más que una tradición escolástica inexistente, la insobornable personalidad, su brava independencia -cántabros, al fin-, su escasa voluntad de conformismo» La cita conviene al caso no sólo por la personalidad de quien lo afirma, sino por lo que manifiesta. Si volvéis ahora vuestros ojos a los cuadros de Pisano que damos en estas páginas, os encontraréis de lleno con estas cualidades que enumera el profesor Lafuente. Hay pasión por encontrar caminos no hollados; hay una brava independencia respecto a las escuelas y tendencias que le han acosado en París y una irreductible voluntad inconformista. La pintura de Pisano es hondamente personal y por ello, siguiendo los argumentos que hemos citado, plenamente montañesa.

 

***

         Eduardo Pisano nació en Torrelavega el 2 de mayo de 1912. Con una gran vocación pictórica desde niño, inició sus estudios de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega, con don Herminio Alcalde del Río, continuándolos en la Escuela de Artes Gráficas de Madrid. La guerra civil le llevó a Francia en 1939, fijando poco después su residencia en París, en el famoso barrio de Montparnasse, en donde la bohemia simpática del pintor encontró el ambiente oportuno.

 

         En su haber tiene numerosas exposiciones en Francia y en España, y sus obras figuran en colecciones privadas de los más diversos lugares del mundo.

 Publicado en:

La revista “Sniace. Nuestra vida social” Nº 13. Noviembre-Diciembre de 1973


 

 

domingo, 5 de noviembre de 2023

Dos calzadas romanas cruzaban Cantabria

 

Dos calzadas romanas cruzaban

la provincia de Cantabria

La comarca de Torrelavega era el lugar de cruce

 


Hemos dicho Torrelavega, cuando en realidad debiéramos haber dicho la zona que pasados los siglos sería Torrelavega.

 

Encabezamos este trabajo con la salvedad que antecede para evitar "suspicacias históricas", aun cuando en esta caso no tendría gran trascendencia, ya que de lo que se trata, nada más, y es de recordar a los que nos lean, la importancia que tuvo siempre esta comarca como nudo de comunicaciones. Un " Siempre ", que, en este caso que vamos a comentar, se remonta a veinte siglos. No es ninguna novedad, por otra parte, el hablar de Torrelavega como centro estratégico de comunicación, pues la importancia de esta ciudad en este sentido, dentro de la provincia, ha sido frecuentemente comentada y utilizada.

 

Es destacar en este orden, entre otros hechos, como Bonnet, el general de Napoleón, estableció su cuartel general en Torrelavega el año 1809, para desde aquí poder combatir con mayor facilidad a las tropas de Polier y de Ballesteros, que traían en jaque a los franceses y afrancesados de nuestra provincia. Nos trae como tema para un artículo, el sacar a relucir la forma en que la zona en que hoy se asienta esta ciudad y los pueblos de su Ayuntamiento fue cruzada por tres importantes calzadas construidas por los romanos.

 

Quizá en las notas que siguen, redactadas a base de lo que hemos leído sobre ello y de frecuentes paseos por el terreno de que se habla, haya alguna aportación de imaginación y, por lo tanto, quede sujeto a rectificaciones por parte de los estudiosos de este asunto, pero no nos importaría la rectificación por lo que supondría de aireación de estos temas locales, que tan necesitados están de ello.

 

Base de las carreteras actuales

 

Así como ciertos vestigios históricos, como iglesia románicas o góticas, castillos, murallas, Castro romanos o celtas (aun cuando éstos mucho menos), han podido sobrevivir y remontar la corriente inevitable de la civilización, las calzadas romanas prácticamente han desaparecido por la imperiosa necesidad de la puesta al día de las comunicaciones.  Por otra parte, como casi todas ellas fueron base de las carreteras de hoy, se han visto afectadas profundamente por la rectificación de su trazado y, sobre todo, por el mejoramiento de los pavimentos. Esto último es lo que ha dado lugar a su desaparición en mayor medida.

 

Es muy difícil o prácticamente imposible, un estudio actual "de visus" de estas vías, pues son muy escasos los trazos que se conservan. Forzosamente se ha de recurrir a los documentos antiguos y a los libros que dejaron escritos nuestros antepasados que las transitaron. Porque si bien es verdad que hoy, como decimos, son muy raros estos vestigios, su desaparición es relativamente reciente, ya que, probablemente, antes del automóvil, las carreteras o "caminos reales" que pisaron nuestros abuelos en Cantabria, fueron vías romanas o tuvieron su fundamento en ellas.

 

Quizá estemos a tiempo todavía para hacer algo en favor de la localización exacta de estas calzadas; unas instrucciones concretas de quien proceda, al personal que se ocupa de la mejora y trazado de las carreteras podría poner a la vista de los entendidos en la materia, antes de hacerlo desaparecer, aquellos sólidos empedrados, semejantes a caparazones de ciertos moluscos, que fueron orgullo de sus constructores y hoy admiración de los que sentimos admiración a estas cosas.

 

Para conquistar Cantabria y después dominarla, tuvieron que emplear los romanos más de diez años y sus mejores generales, y les fue preciso construir unos caminos que permitieran la circulación por ellos de sus pesados vehículos de guerra y de los miles de toneladas de pertrechos que necesitaron. Por otra parte, la explotación de nuestras minas y el traslado de sus productos a los puertos de embarque, también hizo precisa la construcción de caminos apropiados.

 

Construyeron dos calzadas principales: una de este a oeste de la provincia (la llamada Vía de Agrippa), cercana a la costa, que entrando por Castro-Urdiales seguía a Asturias por San Vicente de la Barquera, y la otra, perpendicular a ésta a lo largo de toda la cuenca del río Besaya, la cual fue utilizada por el propio César Augusto para penetrar en nuestras montañas desde su campamento imperial y instalarlo en Segisama. Una y otra vía se cruzan en barrera.

 

La Vía Agrippa llegaba a esta comarca por Renedo de Piélagos (donde cruzaba el río Pas por un puente), seguía por Vioño y Zurita a Barreda. Parece que existía una ramificación que venía por Escobedo, cruzaba el Pas en Puente Arce y por Rumoroso y Polanco confluía en Barreda con el ramal indicado anteriormente. Desde aquí, donde cruzaba el río por el paso que hoy se llama todavía de La Barquera, seguía por Queveda y Santillana hacia Asturias.

 

Quedan nombres romanos

 

La calzada que bajaba al valle bordeando el río Besaya, entraba en Viérnoles pasando por un puente que existió muy cerca del que ahora da servicio a Riocorvo, del cual dice Laga Larreta en uno de sus libros que él vio restos de un antiguo puente romano y lo sitúa en el lugar llamado "Salto del pasivo", por donde hoy pasa el río la conducción de aguas de Torrelavega. Por este puente cruzaba la calzada a la orilla derecha del Besaya, buscando más fácil acceso al Portus Blendium, en Suances.

 

En Viérnoles quedan nombres que designan barrios, lugares y caminos, que tienen su origen en estas calzadas y en su época, como el barrio de la Hoz, barrio de Herrera, Rodanil, sitio de Viar, ...etc., y quién sabe si lo que en nuestros días se ha conocido con el nombre de "cruce de Barreda" no tendrá un remoto origen en este encuentro de calzadas de hace veinte siglos.

 

Pero en base a estas dos calzadas, una serie de caminos de menos importancia hacían el servicio de nuestras carreteras vecinales de hoy; entonces serían caminos peoniles o "carreras", como se las llama en documentos posteriores. Una de estas rutas también pasaba por la comarca de Torrelavega, partiendo de lo que se ha dado en llamar segunda vía de Agrippa, que algunos autores creen ver trazada paralela a la principal, al sur de ella.

 

Pensamos si esta segunda calzada no será más que una "carrera" construida con fines más localizados, que partiendo de la vía Agrippa sirvió a zonas de especial interés. Se harían cuando Cantabria estaba dominada en su totalidad y podrían tener dos fines: ayudar a que este dominio fuera más efectivo y permitir un desarrollo más cómodo de la exportación de nuestras riquezas naturales. Esta tercera vía vendría por Pedagogos, Santa María de Cayón y Puente Viesgo, entrando en el valle de Torrelavega por La Montaña, por las lomas bajas del Dobra; de aquí y iría a cruzar en Viérnoles con la del río de Besaya, para seguir por el puente de Riocorvo a Yermo, Campos de Estrada, Mazcuerras, Cabezón de la Sal... En un documento que cita Sojo y Loma se dice: " el camino real que viene de Cohino y sale para Salinas que es la calzada", refiriéndose a Cohino a nuestro Cohiño en Mazcuerras y Salinas, a los pozos de sal de Cabezón y Treceño.

 

El Camino de Santiago

 

En una comunicación presentada recientemente a la III Semana de Estudios Medievales de Estella, que se dedicó a las peregrinaciones a Santiago, hablamos de que esta vía podría haber servido a los primeros peregrinos del apóstol para ir a Compostela, apoyándose en la protección y ayuda del monasterio de Santa María de Yermo.

 

Estos eran los tres caminos principales que cruzaban la comarca, sobre los cuales giraba la vida de sus habitantes hace veinte siglos, viendo sus vecinos, unas veces pacientemente y otras con menor tranquilidad, el constante ir de carretones hacia los puertos, cargado de mineral, que sería embarcado hacía las Galias, y el amenazador paso de las legiones romanas, a las cuales estaban sometidos.

 

Nos agrada ver cómo ésta Torrelavega de hoy, situada evidentemente en un estratégico nudo comunicaciones, ya fue importante cruce de calzadas romanas y quién sabe si, dada su estratégica situación, no la utilizaron los rumanos, que tanto sabían de esto, como el general Bonnet para cuartel general de sus tropas de dominación. Esta constante y geográfica no ha podido ser desvirtuada por el tiempo, sino al contrario, ya que ello ha dado a la ciudad una de sus características y una de sus razones de existir.

 


Publicado en:

El diario Alerta, el 4 de noviembre de 1965

Insertado en el libro: Torrelavega de Historia, Literatura y Arte 2006