lunes, 16 de mayo de 2022

M.G. PINEY

 

El hombre y su obra

 

 


 

         Cuando el maestro Ortega y Gasset se planteó el problema del arte en general, escribió un jugoso ensayo sobre el marco. Cuando profundizó en la obra pictórica de un artista (Velázquez), nos proporcionó un tratado sobre la vida humana. Su teoría del yo y la circunstancia se acercaba así al arte, para situar a esta última: -la circunstancia-, en línea con la obra que envolvía; contra la teoría del arte por el arte, aparecía ahora la del arte por el hombre. Volvía la expresión estética a pisar la tierra, después de la necesaria aventura corrida, y el hombre, el pintor que existe detrás de cada cuadro, retornaba a la superficie.

 

         Tienes ante ti, visitante, un artista y su obra; un artista agazapado tras de unos ojos temerosos, pero que lo ven todo, un artista de pincel tenso que se dispara sobre el lienzo, provocando manchas violentas, rabiosos resbalones de color, algunas veces.

 

         El hombre como circunstancia de su obra te estará mirando desde ella con ojos muy abiertos. Tras esa apariencia de desafío de algunos de los cuadros de Piney se escuda el encanto de una timidez que se llama honradez pictórica.

 

         En cada cuadro y cada mancha sobre el lienzo, verás el hombre que lo realizó. Apreciarás horas serenas, en las que el pulso, casi infantil, se recrea sobre la tela y horas angustiadas, en las que el color se presenta en formas doloridas que te hablarán de esfuerzos inauditos, de horas de luchas, de desasosiego, de duda... Ante ti encontrarás una pintura sincera, ruda, pero siempre llena de encanto.

 

 

Publicado en:

El catálogo de la exposición en la sala de la Caja de Ahorros de Santander, Plaza Porticada (Santander) del 16 al 31 de mayo de 1974

 Y en el del Círculo de Recreo de Torrelavega del 15 al 29 de noviembre de 1974

 



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