Manuel Arce y la Galería SUR

 

Hoy 13 de febrero nacía en Llanes, Asturias, quien fuera uno de los impulsores de la cultura de Santander. Editor, escritor, galerista… Y es en este mes de febrero cuando comunica a sus amigos la intención de dejar la Galería Sur, triste noticia para la ciudad de Santander.

 

Manuel Arce y la Galería Sur

 

 

En una nota recibida de Manuel Arce recientemente me decía: "Dejo SUR...". ¿Así de fácil, con dos palabras, se puede detener medio siglo tuyo y nuestro?

 

La aventura había empezado, para la galería Sur, el 8 de enero de 1952, con el mismo aire de incertidumbre para Arce que cuando cuatro años antes había iniciado la publicación de su revista La isla de los ratones.

 

Pero éstos eran años de creación; de esperanza. Nadie entonces pensábamos que un día podíamos decir “cuando ya de casi todo han pasado cuarenta años”.

 

Empezaban entonces a contar. “Pienso ahora -escribí no hace mucho tiempo”, que todo aquello estuvo empujado, en parte importante por un viento romántico, por una desmesurada fuerza creadora que motivó a todos a partir de la aparición de PROEL.

 

Era un arte nuevo, nuevo para unos, renovador para otros. “En los más viejos volvieron a iluminarse antiguas luces que la guerra civil había reducido a mortecinas escorias” entre las que inauguraban sueños se encontraba Manuel Arce de adolescencia recién estrenada, llena de inquietudes intelectuales.

 

Y con la desbordada violencia que movía su espíritu, emprendió el camino de SUR, la galería de arte que iba a representar para Santander la apertura artística hacia lo entonces desconocido para la ciudad.

 

Hoy, a los que vivimos aquella circunstancia, en aquellos años, al recordarlo con la provocación dolorosa de la expresión de Arce, “Dejo SUR”, la nostalgia se nos endurece en la garganta, y nos negamos a aceptar el final del poemilla que Arce añadía a la nota a la que aludo al principio:

 

"¿sólo hemos sido

eso:

una esperanza

hueca?

 

Ahí queda ese casi medio siglo de SUR para negarlo.

Publicado en:

El Diario Montañés

5 de febrero de 1995