jueves, 10 de diciembre de 2020

La Enseñanza Primaria en Torrelavega. En los años 40 del siglo XIX

 


            En esta década de los años cuarenta se produjo un importante impulso de la enseñanza primaria a nivel nacional, con la natural repercusión en la provincia de Santander. Era la consecuencia del esfuerzo que en este sentido se venía realizando desde los años próximos anteriores. Las Cortes reunidas durante el periodo liberal de 1820 a 1823, habían aprobado el Reglamento General de Instrucción Pública, en el que se establecía el carácter público y gratuito de esta primera etapa de la educación, al que añadirían, en 1834, una "Instrucción para régimen y gobierno de las escuelas primarias". Como anécdota podemos añadir que en una nueva disposición de 1837 se prohibió el castigo de azotes en estos centros. Fueron pasos decisivos con los que se trató de dignificar las enseñanzas y al profesorado que las impartía.

 

            Hasta el 1 de diciembre de 1844 no se abrió en Santander una Escuela Normal para maestros. La falta de este centro había dado lugar a que, con frecuencia, los maestros que regían las escuelas no estuvieran en posesión del correspondiente título que les acreditaba para ejercer la profesión, lo que propiciaba que en algunos casos estuvieran al frente de ellas personas con escasa preparación. "Sin principios, y sin medios para adquirirlos, solo poseen una práctica de ejecutarlo que cuando eran niños vieron hacer a sus maestros". (José Arce Bodega. Memoria sobre la visita general de las Escuelas, Santander, 1849. Debo el conocimiento de este trabajo a Don Juan González, inspector jefe de enseñanza en Cantabria.). Así resultaba que en las cinco escuelas públicas de los pueblos que comprenden el Ayuntamiento de Torrelavega (Campuzano, Tanos, Barreda, Ganzo y la de la propia villa), no tenía título oficial más que el que regentaba la de Torrelavega.

 

            Había transcurrido cerca de un siglo desde que se elaboró el Catastro de Ensenada y el número de escuelas era en este municipio el mismo que entonces, más una en Tanos que carecía de local propio, y las enseñanzas las impartía el maestro en el pórtico de la Iglesia del pueblo.

 

            No obstante, como hemos dicho al principio, la enseñanza estaba mejorando sensiblemente. La provisión de plazas de maestros se hacía ya por concurso público. El 8 de marzo de 1842 apareció un anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia para cubrir la plaza de maestra de niñas en la villa de Torrelavega: "Hallándose vacante la escuela de educandas que ha de establecerse en esta villa, cuya dotación cuenta con 2.200 reales pagados de fondos comunes como una de las primeras atenciones de esta municipalidad, con más el emolumento de cuatro reales mensuales que ha de satisfacer cada alumna que concurra de los pueblos… ". De la redacción del anuncio parece desprenderse que era la primera escuela que se creaba en el Ayuntamiento destinada exclusivamente para niñas. La plaza fue adjudicada a doña Irene de los Corrales, natural de Omoño, que empezó a desempeñar su cometido el 27 de mayo de ese año 1842. No debieron ser fáciles para la nueva maestra los primeros pasos, como se puede deducir de un escrito que la dirigió el Ayuntamiento con fecha 15 de mayo de 1843, en el que se la comunicaba que se tenían quejas verbales "acerca del poco celo que vd. manifiesta en la enseñanza del sexo que dirige respecto a algunas educandas, dando preferencia a otras … ". En el mismo escrito se la conminaba a respetar el horario de tres horas por la mañana y otras tantas por la tarde. Este escrito de amonestación fue pronto rectificado por el Ayuntamiento, pues en agosto del mismo año, con motivo del brillante resultado de los exámenes a que fueron sometidas las alumnas, acordaron "las recompensas al mérito que ha contraído doña Josefa Irene de los Corrales .. ".

 

            La Comisión Superior de Instrucción Primaria de la provincia, seguía de cerca la labor de los maestros. De la visita realizada por el inspector José Arce Bodega a las escuelas comprendidas en los partidos judiciales de Reinosa, Potes, San Vicente de la Barquera, Cabuérniga y Torrelavega, nos ha quedado un informe redactado por el propio Arce Bodega, que permite conocer pormenorizadamente la situación de las escuelas publicas en estos años.( José Arce Bodega. Op. Cit.)

 

            Por lo que se refiere a las de Torrelavega y las de los pueblos de su Ayuntamiento, los datos que aporta el autor son los siguientes:

 

            La villa de Torrelavega tenía una escuela para niños, al frente de la cual se encontraba don Ángel González Soberón, maestro que estaba en posesión del correspondiente título para ejercer. Asistían a su escuela 46 niños y 6 niñas, "en un local bueno", cosa no frecuente entonces, situado en la Plaza de la Iglesia, y el Ayuntamiento le tenía fijada una asignación de 4.370 reales. Existía también una escuela de niñas, a la que acabo de referirme en líneas anteriores, a la que acudían 62 alumnas, pero en este caso el local que ocupaban era "Tan sumamente pequeño, que ni aún puede contener el aire suficiente para la libre respiración de las niñas".

 

            En el informe sobre las escuelas de Campuzano nos dice que estaba dirigida por don Benito Carrera, natural de Torrelavega, que no tenía título y que enseñaba a 25 niños y 4 niñas, sin que anote en el informe que el local presentara mayores problemas en cuanto a su estado. Pero si los tenían en Tanos, donde no existía local especifico para este menester, dándose las clases, como he dicho antes, en el pórtico de la Iglesia, a donde acudían 10 niños y una niña, procedentes de la Montaña, LobioSierrapando y el propio Tanos. Su maestro se llamaba Fernando de la Peña, era vecino de Campuzano, sin titulo para enseñar.

 

            Torres y Dualez carecían de escuela. Los niños del primero de estos pueblos asistían a la de Torrelavega y los de Dualez, a la de Ganzo. Esta última era regida por Don Juan Antonio Sánchez, maestro sin título que vivía en Torres y enseñaba a 18 niños y 6 niñas. Sus honorarios procedían de dos Obras Pías; una de ellas fundada por don Domingo Bustamante, del que dice Arce Bodega que era Doctoral de la Santa Iglesia Metropolitana de Toledo. La otra obra había sido establecida por don Pedro Carriedo, Virrey de México. Ambos eran naturales de Ganzo.

 

            En Barreda existía una escuela dirigida por don Enrique Palacio, sin título, que vivía en el mismo pueblo y a ella acudían 12 niños y 5 niñas. Esta escuela estaba subvencionada por una Obra Pía que había fundado don Juan de Mar y Barreda.

 

            En un resumen que el autor acompaña a este informe, se dice que en el partido judicial, de Torrelavega, de los 20.992 habitantes que le componían, 7.031 sabían leer y 5.475 leer y escribir, es decir, un 33,6 y un 26,1 % respectivamente, del total.

 

            En los Boletines Oficiales de la Provincia del 27 de septiembre de 1844 y 5 y 6 de diciembre de 1845, puede encontrar el lector interesado, información sobre el tipo de enseñanzas que se impartían, deducido de unos exámenes realizados por los niños y las niñas de Torrelavega en los años 1844 y 1845, publicados en dichos Boletines.

 


Publicado en:

La revista Quima nº 19. Diciembre 1988.

Posteriormente se incluiría en el libro Torrelavega en el siglo XIX. Editado por la Librería Estudio en 1989

 





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