En marzo de este mismo año inserté en este blog el primer escrito que Aurelio García Cantalapiedra había publicado sobre Torrelavega. Hoy traigo a estas páginas el primer escrito que leyó en público. Quizás haya algún otro, pero eso yo lo desconozco. Se trata de la presentación, en nombre a la asociación Los Amigos del Arte, de un acto en honor de Santa Cecilia.
Romanticismo musical
Sras. y Sres., amigos todos:
El grupo organizador de LOS AMIGOS DEL ARTE, a quien represento en este acto, tiene 1a satisfacción de comunicaros que ya han sido aprobados por la Superioridad, los Estatutos que han de regir la vida de esta Sociedad.
Y he aquí, antes de dar forma concreta a la misma, nuestro primer acto.
Es nuestro propósito, como en aquellos Estatutos se dice, el fomento del Arte en esta ciudad, en todas sus manifestaciones y proporcionar a los artistas locales toda clase de apoyo. Con conferencias, exposiciones y actos como el de hoy, elevar al rango que merece, el nivel artístico de Torrelavega. Sin excesivas pretensiones, pero con deseo de superación. Los actos organizados con anterioridad a éste, cuando todavía no tenía vida oficial la Sociedad, han sido pasos en el mismo sentido: el homenaje a nuestro querido José Luis Hidalgo, las exposiciones locales y provincial de Arte, el recuerdo de Antonio Machado en esta misma sala, son los prolegómenos en los que nos apoyamos.
Tenemos la suerte de iniciar nuestra vida oficial bajo el signo del Romanticismo. Esto es un símbolo. Implícita en nuestros propósitos fundacionales, está la idea de que ser romántico, no solo no es cursi, como opinan los que no son capaces de llegar a ello, sino que es una forma bella de vivir. El dominio del espíritu sobre la materia en todas las manifestaciones de la vida, en las Bellas Artes, y en los negocios, harían más feliz la humanidad. Conozco un comerciante de esta localidad, de los más importantes, que me decía un día con gran satisfacción: “Mi negocio no ha conocido el estraperlo” ¡Qué tire la segunda piedra quien esté capacitado!
Este es nuestro más lejano objetivo. Ya sé que es una utopía, pero por eso le hemos hecho nuestro. Queremos que nuestros convecinos, no sólo asistan a conferencias, conciertos, exposiciones, sino que también modifiquen sus escaparates, que traten de dar a todo cuanto les rodea, un poco de belleza, pues con ello, les podemos asegurar, serán más felices. Que llegue el día en que, en Torrelavega, no se de el espectáculo vergonzoso, que he presenciado recientemente en Santander, en una sala de cine, al proyectar una de las mejores películas que ha dado el séptimo arte, “Maclovia”, del Director mejicano Emilio Fernández, que fue silbada y pataleada, sin el menor asomo de sensibilidad y ni siquiera de educación. Con estos propósitos, iniciamos hoy, como os decía al principio, nuestra vida oficial, invitándoos, al propio tiempo, a que acudáis a la reunión que se celebrará en esta misma sala en el curso de esta semana, para poner en marcha la Sociedad.
Sin un fastuoso piano de cola, pero con el entusiasmo, la maestría y la humildad que en sus conciertos íntimos les ha guiado, la “Agrupación Local de Música Clásica”, base de nuestra Sección de Música, nos ofrece hoy las primicias de su repertorio romántico. Rosita Teira contribuye a la belleza de este acto, con la suya y con sus recitales. Y Julio Maruri, poeta en primera fila de la generación actual y magnífico conferenciante, nos prepara magistralmente para llegar al concierto.
A ellos y a vosotros por vuestra asistencia, y en especial a Luis Pando, dueño de esta Sala, nuestro agradecimiento.
Leído en la presentación de la conferencia-concierto celebrada con motivo de la festividad de Santa Cecilia por la asociación Los Amigos del Arte, en la Sala Tablanca del café España de Torrelavega el 22 de noviembre de 1949.
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