sábado, 24 de octubre de 2020

La efímera vida de una Biblioteca Popular

 

Hoy, Día de las Bibliotecas, os presentamos otro de los escritos de Aurelio García Cantalapiedra sobre la Biblioteca Popular de Torrelavega del que se dio referencia en este blog hoy hace un año.




El centro cultural, creado hace ahora sesenta años,

fue clausurado por los franquistas en 1937

 

            El día 13 de noviembre de 1927, hace ahora sesenta años, se inauguraba oficialmente en Torrelavega un centro cultural, al que sus fundadores dieron el nombre de Biblioteca Popular. La vida de esta entidad se iba a desarrollar durante una década, hasta agosto de 1937, fecha en la que fue clausurada cuando ocuparon la ciudad las fuerzas del Ejército del general Franco. Fueron diez años de intensa actividad cultural, de los que han quedado profunda huella en los hombres que tuvieron la suerte de vivirlos.

 

            Como bien lo comprendieron sus fundadores, y así quedó escrito en el prólogo de la Memoria editada por esta entidad al final del curso 1927-28, "Torrelavega había entrado ya en el segundo estadio de evolución por el que normalmente atraviesa toda agrupación humana. Asentada sobre firmes bases su vida material, bases constituidas, en primer lugar, por su estratégica situación, que la convierte en centro de la vida económica de una amplia comarca, y, en segundo término, por los factores agrícolas, ganaderos, mineros, industriales y comerciales, que en halagüeña coordinación y concertada armonía vivifican su valle ubérrimo, era imperativo de necesidad social entonar tales actividades puliendo y refinando sus características con aquellas otras más íntimas y permanentes que presta la vida consciente del espíritu colectivo". En este comentario se citaban como precedentes que venían laborando en igual sentido la Escuela de Artes y Oficios, las entidades musicales, la Cámara de Comercio y otros círculos sociales.

 

            Las gestiones para su creación fueron iniciadas oficialmente el 18 de septiembre del año anterior, 1926, cuando Ramón Miguel y Crisol y Joaquín Barquín Fernández, en nombre y representación de la recién constituida Sociedad Pro Cultura Popular, se dirigieron a la Corporación municipal exponiendo sus propósitos y solicitando para la instalación de una biblioteca pública el salón que existía en la planta baja del Palacio Municipal. La petición en este sentido fue rechazada, ofreciendo a cambio el local que había ocupado la Contaduría en el antiguo edificio del Ayuntamiento, en la Plaza de Baldomero Iglesias, que fue reparado y puesto a punto para el nuevo que se le iba a dar, según acuerdo tomado por la Corporación el 15 de febrero de 1927.

 

            En este local se iniciaron, con carácter provisional, las actividades de la Biblioteca Popular, pero iba a ser por poco tiempo, pues pronto se vio obligado el Ayuntamiento a disponer de él para instalar el Juzgado de Primera Instancia. Era un problema muy grave que iba a dar lugar a que se interrumpiera la labor iniciada, pero que fue resuelto con facilidad gracias a la colaboración de la Cámara de Comercio de Torrelavega, que les cedió una parte del local que venía ocupando esta entidad mercantil en el número 32 de la calle Consolación, donde permanecería la biblioteca hasta el final de sus días.

 

            Vencidas estas primeras dificultades, resuelta la primordial cuestión del local, incrementado el número de socios y consolidada la entidad como tal biblioteca, con un importante aumento de libros en sus estanterías, no quedaba más que proceder a la inauguración oficial para cancelar el carácter de provisionalidad que había venido arrastrando durante un año. Para este fin fue fijada la fecha del domingo 13 de noviembre, invitando a Víctor de la Serna, quien había de pronunciar la conferencia de inauguración.

 

            El acto tuvo lugar a las once y media de la mañana del día citado, bajo la presidencia del que lo era de la sociedad, don Ramón Miguel y Crisol, ocupando un lugar en los sitios de honor don Jorge García, que ostentaba la representación del alcalde; el cura párroco, don Emilio Revuelta; el juez de Instrucción, don Emilio Macho Quevedo; el comandante de la Caja de Reclutas de la ciudad, don Alberto Guerrero; el registrador de la Propiedad, don Francisco Vega; el capitán de carabineros, señor Cornejo; el farmacéutico titular, señor Herrero; el presidente del Círculo de Recreo, señor Cacho; el presidente de la Coral, Carrasco; el del Orfeón torrelaveguense, García de los Ríos; el de la Junta del Asilo, un representante del Centro Obrero y otros.

 



 

Publicado en:

El diario Alerta, 13 de noviembre de 1987

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