La tormenta inevitable de lágrimas se desata en las entrañas de la soledad en que nos dejan las cosas.
Cosas queridas que se desatan de los lazos para crear nuevas raíces, para que después de la tormenta vuelva la calma para conectar con el alma.
Rama a rama cubriendo la montaña y dando cobijo a nuevos hábitats llenos de vida y ecosistemas paralelos a un mundo consumista de sueños pautados y pactados con el mismísimo diablo.
Y tras la tormenta vendrán las réplicas en forma de terremotos, que agitan las grietas de la tierra para crear nueva vida, nuevos paraísos donde perderse y volverse a encontrar, transformando paso a paso los caminos en veredas, que tendrás que descubrir a dónde llegan.
Escrito el 19 de Agosto de 2019 Entre Ruente y Sopeña
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ResponderEliminarPunta Ballota (prolongación de Suances)
ResponderEliminarDisipé la niebla que cubría mi montaña
y me di cuenta que todo era mentira,
que la noche y el día vuelven
una y otra vez, sin querer darnos cuenta.
Nunca estuve aquí, aunque muchas veces quise,
a lo largo de este largo lustro,
donde el día se hizo noche
como si viviera en otra latitud.
Ahora quisiera escuchar tu poema
de tu propia boca, y sentado en tu silla,
sólo puedo escribirte estas notas.
Y es que estoy en Punta Ballota, cerca de Suances,
quería volver a recibir la luz de tu infancia
para que la niebla no vuelva a cubrir esta montaña.
Feliz X Aniversario Piti
Marcos García de la Fuente
(escrito el 8 de Junio de 2019)
¡Que triste que la gente haya aprendido
ResponderEliminara quitarle importancia a esta vida
apoyándose o negando el más allá!
Sandalio.
Y cómo el silencio hay que llenarlo...
ResponderEliminar"La tristeza inacabable de las cosas que se van"
La tormenta inevitable de lágrimas se desata
en las entrañas de la soledad
en que nos dejan las cosas.
Cosas queridas que se desatan de los lazos
para crear nuevas raíces,
para que después de la tormenta
vuelva la calma para conectar con el alma.
Rama a rama cubriendo la montaña
y dando cobijo a nuevos hábitats llenos de vida
y ecosistemas paralelos a un mundo consumista de sueños
pautados y pactados con el mismísimo diablo.
Y tras la tormenta vendrán las réplicas
en forma de terremotos,
que agitan las grietas de la tierra para crear nueva vida,
nuevos paraísos donde perderse y volverse a encontrar,
transformando paso a paso los caminos en veredas,
que tendrás que descubrir a dónde llegan.
Escrito el 19 de Agosto de 2019
Entre Ruente y Sopeña