miércoles, 23 de septiembre de 2020

En recuerdo de Chivi

Hoy, 23 de septiembre, tengo que traer a este blog el escrito de Aurelio García Cantalapiedra dedicado a José Luis Alonso Galguera, Chivi para los amigos. Fue un compañero de trabajo en la fábrica Sniace. Creador de la revista de la empresa, Sniace. Nuestra Vida Social. Aparte de compañero de trabajo, AMIGO. Desgraciadamente esta amistad se truncó tras un desafortunado accidente de tráfico en 1957.

Este escrito tendría que haber aparecido en el libro póstumo Obituario, pero en aquellos momentos nos era desconocido a los que recopilamos los escritos.






Carta a José Luis

Querido José Luis:

         La comunicación directa ya no es posible. Poco a poco, tenemos que ir haciéndonos a esta dolorosa idea, y por eso recurro a la forma de carta. Tampoco vas a leerla, pero es una ilusión que no quiero quitarle a mi imaginación y al cariño que has dejado aquí, entre todos, del cual, aún cuando a alguien no le parezca así, va tan llena esta carta.

         Tendría que haber escrito una nota necrológica, pero no me gusta para ti. Las notas necrológicas tienen como fin despedir para siempre, por mucho calor que se ponga en ellas, y a ti no puedo despedirte para siempre; he de decirte “hasta el próximo numero”, porque en todos estarás con nosotros. Y por eso quiero que sea carta. Carta emocionada (¡cómo no había de serlo!), pero carta, que al fin es correspondencia, comunicación. Y, además, así puedo aprovechar para decirte, y para que se entere quien no lo sepa, la gran dificultad que nos has creado. Ya ves, no solo es dolor, dolor inmenso. Es un problema de muy difícil solución, porque quieren que continuemos esta revista sin ti, sin tu dirección. ¿Te das cuenta? ¿Ves qué gran esfuerzo tendremos que hacer para aspirar a conseguir lo que para ti resultaba tan fácil?

         Hemos de recordar en nuestros titubeos tus pasos seguros. Trataremos de que ellos nos guíen, pero, por favor, desde ese Sitio que has alcanzado por tantos méritos, ilumínanos, no nos dejes totalmente solos, porque si tú, con aquel fino humorismo que te acompañaba, tenías que decir “¡qué cortos son los meses!”, ¿qué no hemos de exclamar nosotros?

         Aquí, al final, tendría que hablar de tus cualidades personales (¡tantas!), pero a ti no te gustaría que te las dijera, pues tu modestia era tan grande como tu valía. Y además, ¿para qué? Todos sabemos lo que hemos perdido al perderte. En mi corazón queda la huella, y ella habla por mi.

Hasta siempre, Chivi; hasta el próximo numero.


Publicado en:
La revista “Sniace. Nuestra vida social”
Nº 26 octubre 1957






jueves, 10 de septiembre de 2020

“Los muertos”, de José Luis Hidalgo

Tal día como hoy; 10 de septiembre, pero de 1954, en el Taller de Artes Gráficas de los Hermanos Bedia de Santander, se ponía el colofón a la segunda edición del libro “Los muertos”, del torrelaveguense José Luis Hidalgo. La editorial también tenía su sede en Torrelavega, Ediciones Cantalapiedra. Era el primer libro de esta editorial que se ponía en marcha de manos de un canario, Pablo Beltrán de Heredia; y de un torrelaveguense, Aurelio García Cantalapiedra. Pocos días después este último, bajo el seudónimo de EQUIS, publicaría en el diario Alerta este artículo:

“Los muertos”, de José Luis Hidalgo


  

Hace unos días se comentaba con júbilo en este mismo lugar del periódico la aparición de un libro sobre Torrelavega, editado en Torrelavega y escrito por un vecino de Torrelavega tan querido como es el doctor Fernández Escalante. Los escaparates de los establecimientos del ramo se ven hoy llenos de ejemplares de este libro que contiene todo datos tan curiosos sobre la vida de nuestra ciudad en este medio siglo transcurrido.

         Y hoy nuevamente tenemos que echar al aire las campanas para celebrar la aparición en las librerías de otra obra de un torrelaveguense, hecha por una editorial de nuestra localidad. Se trata de la segunda edición del libro "Los muertos" de José Luis Hidalgo, de Ediciones Cantalapiedra.

         En la faja que abraza el libro está impresa una frase del poeta Vicente Aleixandre, que dice por si sola bastante más de lo que podíamos escribir nosotros en este comentario: "¡Qué buena idea la de hacer este libro, que estaba realmente haciendo falta!".

         José Luis Hidalgo, el poeta que todavía no ha sido valorado lo suficiente por el gran público, está admitido ya por la crítica nacional de más altura como una las principales figuras del Parnaso español contemporáneo. Su libro "Los muertos" que hoy se reedita, se agotó en el plazo de un mes cuando salió por primera vez, en circunstancias dolorosas que todos recordamos con emoción pues en alucinante carrera con la muerte llegó a manos del autor el mismo día de su fallecimiento. Un ejemplar de aquella tirada, el primero, marchó con el poeta la tumba y un nimbo romántico rodea desde entonces a autor y libro.

         Sus poemas, dentro de una línea auténticamente española, quedan al margen de ismos. El salto prodigioso desorientación que caracteriza a los poetas de su época, se entronca con el Unamuno batallador e inquieto, y su libro que hoy comentamos es una lucha constante por encontrar la verdad a la que parece llegar, pero que también parece que se escapa, en aquellos versos que cierran el libro:

Miro mis manos, trastornado,
y no lo puedo comprender.

         Que nuestra vida cultural marcha en sentido ascendente con la economía, queda bien patente con estas ediciones a que nos referimos; con la revista "Dobra" y con las frecuentes manifestaciones artísticas que se celebran.
EQUIS


Publicado en:
El diario Alerta, en el apartado "Meridiano del Cántabro" el 9 de octubre de 1954, bajo el seudónimo de EQUIS.
Insertado en el libro: Torrelavega de Historia, Literatura y Arte 2006